Fuego

El presidente Paulino Rivero ha insistido, de nuevo, en que el próximo año el Gobierno autonómico ni subirá los impuestos (algo verosímil) ni procederá a nuevos ajustes presupuestarios (algo ligeramente demencial). No se pondrán en riesgo los servicios esenciales – quizás un día, antes de que terminen de volatizarse los sistemas públicos de educación y sanidad tengan a bien explicarnos de qué esencialidad hablan – y el Ejecutivo regional cumplirá con el objetivo de déficit público. Lo más extraño de todo esto es que en ninguna de las imágenes disponibles de estas declaraciones (vídeos o fotografías) puede detectarse a Paulino Rivero levitando sobre su escaño.
Tal y como diversos voceros del propio Gobierno autonómico han explicado, la inversión  en Canarias descenderá otro 4,5% para situarse en unos apretados 225 millones de euros, el Fondo de Suficiencia disminuye un 32,3% y el Fondo de Compensación Interterritorial un 35,4% mientras desaparece literalmente cualquier aportación a políticas activas de empleo: el Plan Integral de Empleo de Canarias queda enterrado para siempre jamás. Las transferencias corrientes y de capital disminuyen más de un 15%. En cambio, el compromiso de déficit público para la Comunidad canaria –como para las restantes – se sigue manteniendo en el 1%, dos décimas inferior al del presente ejercicio. Se recordará que para 2016 el objetivo impuesto es nada menos del 0,2%, lo que, en una coyuntura económica que excluye la acelerada creación neta de empleo ni el aumento extraordinario de la recaudación fiscal, significará recortes presupuestarios de más de 200 millones de euros en los próximos dos años y medio.
Simplemente se tratan de unos presupuestos de demolición y gran liquidación por fin de temporada. Quizás sea comprensible que Rivero no quiera estimular el alarmismo o el miedo. Por lo general el dirigente que se embarca en esas prácticas termina carbonizado por su propia antorcha. Pero los muy tímidos indicadores de una germinal recuperación económica en el Archipiélago serán abrasados por la furiosa lluvia de miserias presupuestarias urdida por el Gobierno de Mariano Rajoy quien, al parecer, sigue confiado en que la calle no se incendiará y que Canarias no es un territorio fronterizo, sino una provincia maltratable. Se equivoca. Y es hora de hacer algo para que se entere que se equivoca.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

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