Sigfrid Soria

Un Parlamento en ridículo

No deben pasarse por alto las ocasiones en las que toda una institución queda palmariamente en ridículo. Son muy ilustrativas: un súbito e involuntario strip-tease en la que, por un momento, se queda en bolas, y el espectáculo de su desvergüenza no resulta precisamente estimulante. El Parlamento de Canarias aprobó anteayer por unanimidad una proposición no de ley para que Blas Cabrera sea el protagonista del Día de las Letras Canarias, floripóndica efemérides institucional sin mayor interés público ni utilidad sociocultural pero que, al menos, hasta el presente siempre ha destacado la figura de un escritor isleño. Ocurre, sin embargo, que el doctor Blas Cabrera Felipe, un conejero que murió exiliado en México, es una de las grandes figuras de la física europea de la primera mitad del siglo XX, pero jamás escribió un cuento, una novela, un poema o una obra de teatro. El doctor Cabrera tuvo sus días, era canario y quizás en alguna ocasión le protestaron una letra, pero supone una estupidez indescriptible proponerlo solemnemente como escritor al que rendir homenaje, porque no lo era.
En el Parlamento de Canarias, como en cualquier asamblea legislativa, se suelen presentar proposiciones inútiles, contradictorias, tramposas, bucaneras, escenográficas o simplemente imbéciles. Lo grave es que, en esta ocasión, la imbecilidad ha obtenido el respaldo unánime de todas sus señorías. Lo grave es que tan ocurrente necedad ha conseguido la enternecida bendición de una ignorancia universal e indistinguible. Porque ha quedado perfectamente patente que ni uno solo de los diputados guardaba la más modesta información sobre la persona y la obra de Blas Cabrera ni coligió que la propuesta carecía de sentido histórico, de sentido literario e, incluso, de sentido común. Los parlamentarios han demostrado fehacientemente su ignorancia despepitada, su indiferencia bostezante hacia nuestro patrimonio literario, su militante incapacidad de discernimiento. Si Calígula nombró cónsul a un caballo, ¿por qué no puede el Parlamento de Canarias convertir a un físico, al mayor científico nacido en este país, en un novelista, un poeta o un comediógrafo, con una simple proposición no de ley? Para la posteridad de este momento tan iluminador sobre la catadura intelectual de nuestros representantes quedará que la PNL fue presentada por el diputado Sigfrid Soria quien antes, por supuesto, fusiló la wikipedia respetando escrupulosamente las reglas del analfabeto, es decir, sin entender una línea.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 2 comentarios