Algunas propuestas sencillas

La vicepresidenta del Gobierno de Canarias, Patricia Hernández, ha calculado en unos 200.000 los canarios en situación de desempleo que no reciben absolutamente ningún apoyo económico de las administraciones públicas y la cifra coincide poco más o menos con las de instituciones públicas, organizaciones empresariales o fuerzas sindicales. Para cada una de esas 200.000 personas el día comienza con una pregunta elemental: qué va a comer hoy, qué podrá poner hoy en la mesa a sus hijos. Mantener a decenas de miles de personas angustiadas cada día porque deben encontrar cómo llenar el estómago no solo es política y moralmente indigno, es económicamente estúpido y socialmente peligroso. Una parte sustancial – aunque muy probablemente no mayoritaria – de ese ejército de reserva laboral sobrevive, en parte, gracias a apaños y chapuzas que se engloban en la economía sumergida. Canarias tiene ahora y en los próximos años un grave problema: un contingente de entre 200.000 y 225.000 personas que difícilmente obtendrán un empleo en la economía formal, es decir, un nivel de pobreza estructural e insalvable, un gueto donde conviven estadísticamente cincuentones y veinteañeros con unos efectos brutales sobre el consumo, la productividad o la cohesión social. ¿Medidas? Sí, sí las hay, aparte del objetivo fundamental (y complejo) de mejorar la empleabilidad de los afectados a través de la formación ocupacional. Hace un par de años los amigos de la web politikon.es  debatieron sobre estrategias y medidas para redistribuir renta y atacar la pobreza, con una eficacia o rendimiento basadas en la evidencia empírica. He aquí algunas de las señaladas que creo que no resultan ajenas a nuestros problemas.

1. Créditos fiscales. Cualquier persona que esté trabajando recibe un crédito fiscal. En Estados Unidos este programa es llamado Earned Income Tax. El monto del crédito disminuye conforme aumentan los ingresos. La medida estimula el curro, no crea incentivos perversos, el dinero va dirigido a quien más lo necesita, mueve a  la emergencia de actividades en economía sumergida…Y pueden añadirse suplementos crediticios en caso de hijos o ancianos dependientes.
2. Guarderías y educación infantil. Una política social prioritaria. Sí, recuperar y aumentar las inversiones en I+D universitaria es importante, pero a efectos de igualdad de oportunidades y futuro educativo y cultural de los hijos de padres de rentas bajas meter dinero en guarderías y en educación infantil (hasta los 3 años) supone la inversión pública con mejor retorno, por no hablar de la conciliación de la vida laboral y familiar (a favor, sobre todo, de las mujeres).
3. Alargar el año escolar: más horas lectivas anuales. La información disponible evidencia una mejora el rendimiento y las notas de los alumnos de clases medias y trabajadoras.
4. Reforma fiscal: sobre todo eliminar deducciones. Se puede recaudar más dinero más sencillamente sin aumentar tipos impositivos (unos 15.000 millones de euros anuales suplementarios) suprimiendo la mayoría de las deducciones fiscales.
5. Reforma del mercado laboral: implantación del contrato único con indemnización creciente para acabar con la dualidad del mercado laboral, manteniendo el salario mínimo interprofesional y fortaleciendo jurídicamente la negociación colectiva.

Son cinco medidas extremadamente razonables, operativamente sencillas, políticamente capaces de sumar muchos apoyos dentro y fuera de parlamentos y ayuntamientos. Porque en Canarias, quizás, solo quizás, haya que dejar de pensar prioritaria y obsesivamente en grandes inversiones de obra pública — carreteras, carreteras, carreteras — como método infalible para crear (no se diga mantener) puestos de trabajo.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

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