Alpargateros

Asamblea de la Asociación de la Prensa de Tenerife. El presidente, Juan Galarza, hace unas consideraciones iniciales sobre la situación general de la profesión en España en general y en Canarias en particular. Las cifras son espeluznantes: en la profesión parece haberse desatado, en los últimos tres años, una peste bubónica que nos está barriendo por todas partes. Esta arrasadora pandemia bebe de la crisis económica y su correlato en el hundimiento del mercado publicitario, la crisis tecnológica que, sobre todo para los periódicos, han supuesto internet y las TICs, y la crisis del mismo concepto de lo que es información y periodismo. Como Galarza y su junta directiva son un equipo batallador, el presidente presenta un balance razonablemente positivo de su gestión en el año que termina y expone ideas, proyectos y compromisos para el siguiente. Hay debate y sugerencias pero luego, en el corrillo de los cigarrillos y los cafés, el ambiente es generalizadamente pesimista. Hace cuarenta años aun te podías encontrar a alpargateros y hojalateros por los pueblos de Tenerife. Desaparecieron fulminantemente. Muchos periodistas se sienten los alpargateros y hojalateros de principios del milenio. Las invocaciones a la incorporación al futuro inevitable –el periodismo en la red – solo producen un renuente escepticismo: está lejos de definirse un modelo de negocio en el periodismo digital (incluyendo portales y blogs) y las economías de escala no juegan a favor de experiencias en contextos como el canario.
Obviamente el escepticismo está justificado. Es tan cierto que en la red está el futuro del periodismo como que la red está sólidamente instalada en (y a la vez propaga ideológicamente) una cultura de la gratuidad de los contenidos. Pero cada vez con más frecuencia me asalta una incómoda convicción: no estamos haciendo bien nuestro trabajo. Y si no lo hacemos bien ahora mismo, por primera vez en la historia, lo pueden hacer otros. Hace unos días encontré en una bitácora, www.tamaimos.com, una noticia, tan notable por su contenido como por su continente. La web tamaimos.com es uno de los escasísimos espacios de reflexión nacionalista de la gofioesfera donde uno puede hallar vida inteligente. No es un medio de comunicación, ni a sus responsables les impulsa tal objetivo, pero era una noticia lo que pude leer. Un artículo sobre el disparatado proyecto para instalar el transrapid del que se ha enamorado el Cabildo de Tenerife. Un texto preciso, inteligente, magníficamente expuesto, que ofrecía además enlaces con ediciones digitales de periódicos alemanes y un vídeo que recogía un documental de una televisión de Berlín sobre la nueva tecnología y el desollado interés de Ricardo Melchior sobre el asunto. Un texto, en definitiva, incontestablemente superior a todos los publicados en la prensa isleña a propósito del tren de marras. Su autor no es periodista, sino un ciudadano con cultura y espíritu crítico que sabe apresar información en la red y servírsela gratuitamente a quien quiera leerla. Suyas son las alpargatas y el reino de los cielos de la red.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 5 comentarios

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