Así o asá

He visto una foto muy buena: Román Rodríguez parece aullar una interminable carcajada mirando al cielo, Antonio Morales le indica con una sonrisa que tome asiento y Chano Franquis – ese flamante fichaje del PSOE renovado y renovador – se une a la fiesta dirigiéndose a la multitud. Creo que la imagen – algo así como la consagración de una broma inconteniblemente graciosa– corresponde a la firma del acuerdo electoral entre el PSC-PSOE y Nueva Canarias para las elecciones generales del 20 de diciembre.  Uno de los acuerdos electorales más extraños del que se tiene noticia en los últimos lustros por estos andurriales y que solo resulta comprensible en clave de estrategia partidista en el seno del nacionalismo canario. Si será extraño el acuerdo que Román Rodríguez –su principal partero, aunque Franquis haya tirado del niño para arrastrarlo hasta la luz  – ha explicado que los candidatos de NC que obtengan escaño en el Congreso o el Senado a través de listas conjuntas con el PSOE se marcharán tan tranquilamente al grupo mixto una vez tengan la credencial en el bolsillo. Y desde ahí – hay que creerle, por supuesto – votarán siempre con el PSOE en las materias y asuntos previamente negociados. Ya se verá, porque el acuerdo incluye, por ejemplo, derogar la reforma laboral del PP y ya varios dirigentes socialistas – a los que alcanza el agridulce humo de las retortas de Jordi Sevilla — han indicado que, ejem, no se derogará del todo. Rodríguez debería explicar – haciendo un ligero esfuerzo, como tantos otros responsables públicos, para no tomarnos por idiotas – qué clase de alianza electoral es esa y si para ese viaje no bastaría con cerrar un acuerdo poselectoral por el que Nueva Canarias se comprometiera a apoyar la investidura presidencial de Pedro Sánchez en el remoto caso en el que el PSOE dispusiera de una mayoría parlamentaria suficiente en el Congreso de los Diputados.
En la provincia occidental nada podrá hacer NC para mejorar las expectativas del PSOE, pero en la oriental, muy poco. Los nichos electorales de NC y del PSOE no se complementan aun admitiendo que los tradicionales votantes de una y otra fuerza contemplen la operación positivamente. Ambas fuerzas acumularon entre el 32 y el 35% de sus sufragios en 2011 en la capital grancanaria.  Ni sumando la totalidad de sus votos hace cuatro años consiguen el PSOE (123.158) y NC (53.192, cinco o seis mil de los mismos procedentes de CC) acercarse siquiera a los resultados del PP (240.660 votos). La fragmentación que propiciarán los partidos emergentes (Ciudadanos y Podemos) terminará reduciendo esa confluencia electoral a pura insignificancia. Pero es la fórmula que ha elegido Rodríguez para intentar revalidar un escaño en la Cámara Baja porque, al mismo tiempo, supone debilitar a Coalición Canaria, con la que no se pacta porque es de derechas. Ya conocen ustedes el cuento: Paulino Rivero era prácticamente un bolchevique que creía fervientemente  en la patria canaria mientras Fernando Clavijo es un derechista que solo respira en Tenerife y que gobierna con ese émulo de Marine Lepen conocida como Patricia Hernández.  O algo así. Con el expresidente Román Rodríguez – que gobernó cuatro años con el apoyo del PP — siempre es algo así o asá.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

Deja un comentario