General

Prudencia

Recuerdo vagamente al señor Celso Betancourt en el Parlamento de Canarias. El señor Betancourt, alto, moreno y de pelo entrecano, mostraba una pétrea seriedad, una invariable gravedad circunspecta, un empaque silencio que siempre estaba a punto de parecer cómico.De talante correcto y hasta cortés, generalmente no hablaba con la prensa, porque de la canallesca se ocupaba, más diligente y seductoramente, su compañera María Isabel Déniz. El señor Betencourt parecía el probo empleado de unas pompas fúnebres que lamentaban sinceramente tenerte como cliente o uno de esos propietarios de comercio -una camisería, por ejemplo- permanente y serenamente de pie junto al género, esperando que entre alguien, y pasan las horas y nadie entra, pero él sigue ahí, sin temer ni al aburrimiento ni a las varices.
Este aspecto intachablemente insignificante ocultaba, sin embargo, una de las más largas y exitosas carreras políticas en Lanzarote. En Lanzarote tener una larga carrera política ha devenido algo profundamente sospechoso, y quizás por eso el señor Betancourt enjalbelgó con tanto esmero esa fachada anónima y silenciosa. Comenzó como mano izquierda del socialista José María Espino en el Ayuntamiento de Arrecife y alcanzó su apogeo como mano derecha de Dimas Martín en el Cabildo de Lanzarote. En su etapa en el PSOE se llegó incluso a aventurar que podría sustituir a Espino en la Alcaldía y en sus años dorados en el PIL alcanzó la presidencia de la organización mientras el Jefe comenzaba su largo master sobre el mobiliario de los juzgados y la habitabilidad de los centros penitenciarios. En una entrevista, a mediados de los años noventa, suspiraba esperando el regreso de Martín a la libertad «porque el PIL sin Dimas es poca cosa». Después de obtener acta de diputado en 2003, se cansó de esperar y con la señora Déniz abandonó el PIL y fundó algo así como Alianza por Lanzarote, sin renunciar, por supuesto, al escaño. No se comieron un colín.
El presidente Paulino Rivero ha declarado que el caso Unión «quedará en nada». Ciertamente, en otro tiempo, el presidente Rivero confió mucho en Betancourt, Déniz y sus cuates para configurar un grupo afín a CC en Lanzarote. Una de las reclamaciones de Nicolás Maquiavelo a los príncipes era practicar la prudencia. «El que no detecta los males cuando nacen», escribió Maquiavelo, «no es verdaderamente prudente». Yo siempre he pensado que el presidente Paulino Rivero no es tan maquiavélico como dicen.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 3 comentarios

Tocamientos

En una de sus pizpiretas reuniones, un club matinal que se denomina Consejo Asesor de la Presidencia del Gobierno se ha entretenido un rato hablando con el jefe del Gobierno quien, como siempre, les atendió con el interés de un metereólogo de vacaciones. Mientras los sindicatos pedían que no se siguiera desangrando los servicios públicos básicos los empresarios aclararon que subir determinados impuestos moderadamente no serviría para nada. No sé por qué se preocupan los empresarios en repetirlo, porque el Gobierno regional está absolutamente de acuerdo, y el expediente para incrementar la tasa fiscal sobre el tabaco lleva trimestres avanzado a paso de oruga entre los pasillos de la administración pública, si no es que algún interventor lo ha aplastado, sin darse cuenta, al acercarse a la máquina del café (*). Otra cosa es que los empresarios isleños tengan razón, que no la tienen. Gracias a la tímida subida del IVA ha aumentado en apenas tres meses un 44,8% de lo recaudado con este impuesto, lo que ha tenido un papel relevante en la apreciable reducción del déficit público entre julio y octubres pasados.
Son debates que ya viven de prestado. Debates anacrónicos que la realidad económica se llevará aceleradamente por delante. Verán ustedes, el Gobierno central tiene como objetivo básico – compromiso adquirido con Bruselas y sobre el que afilan sus guadañas los mercados de deuda – una reducción del déficit público equivalente a un 6% del PIB para diciembre de 2011. Pero sus previsiones – bastante optimistas—establecen que tal déficit se situará en el 9,3% a finales de este año. Nadie cree que puedan eliminarse nada menos que tres puntos porcentuales del PIB en el plazo de un año. Nos esperan nuevos recortes – en los presupuestos que aprueben las Cortes y en los que se diseñen para 2012 – más amplios y estructurales todavía, con su inevitable correlato en las comunidades autonómicas. ¿Cuánto deberá extirpar de nuevo Canarias en las cuentas públicas de 2012? ¿Doscientos, trescientos, quinientos millones de euros más? Y eso si contar que Portugal entre en quiebra – le debe 110.000 millones de euros a administraciones públicas y bancos y empresas españolas – o que España – más improbablemente –sucumba a sus estrangulamientos, mentiras y debilidades financieras. ¿Alguien, desde los poderes públicos canarios, está previendo escenarios, estrategias, impactos como estos? Los empresarios canarios creen que los impuestos no se les debe tocar, porque es como tocarles las partes íntimas. Muy bien. ¿Alguna otra idea antes de la siguiente ronda de imbecilidades?

* El Consejo de Gobierno aprobó hoy, me dicen, el aumento de la tasa del tabaco. Un incremento muy chiquitín y restringido al tabaco rubio. ¿Será que la mayoría de los concejales de Coalición fuman negro?

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