Debates

Puede que estemos todos los periodistas firmando el manifiesto que impulsa la FAPE – “Sin preguntas no hay cobertura” – pero otros aspectos decisivos de la relación entre declaraciones políticas y actividad periodística seguimos uncidos al yugo obligatorio que marcan los candidatos y direcciones de los partidos. En Canarias – como ocurrirá en el resto de España – no van a celebrarse debates electorales. Se hará pasar como tales un conjunto de monólogos cronometrados en el que los candidatos aprovecharán para regurgitar titulares precocinados. Así ocurrió ayer en la SER: Paulino Rivero, José Miguel Pérez y José Manuel Soria se marcaron sus respectivas retahílas verbosas sin que en cada una de sus parrafadas se registraran referencias a los otros. Garrulería compartimentada. Gesto inútil el de acudir personalmente a los estudios de la cadena en Las Palmas: podrían haber enviado sus intervenciones en un CD. Solo en un momento Paulino Rivero quiso interrumpir a José Manuel Soria, que soltaba una de sus habituales malevolencias sobre el Servicio Canario de Salud, y el líder del PP le dijo que no podía interrumpirle, que no estaban en la televisión autonómica. Al parecer Rivero interrumpe a Soria en la televisión canaria todo el rato. Su modelo favorito, sin duda, es TeleMadrid.
Quizás sea Soria el candidato presidencial que mejor se adapta a este fraudulento modelo de debate, porque no está acostumbrado a interrupciones de ningún género. Me parece comprensible. Porque a Soria se le podría interrumpir para recordarle que en el organigrama de la RTVC siguen intactos y cobrando los cargos directivos que propuso el PP en 2007. Se le podría interrumpir para recordarle que el caso Lifeblood apestaba tanto que debió suspenderse el concurso de adjudicación del servicio de hemodiálisis para Gran Canaria y Lanzarote. Que durante su etapa como consejero de Economía y Hacienda solo se pasaba un par de veces a la semana por el despacho, entretenido en pasear su palmito vicepresidencial. Que su equipo dejó un agujero de decenas de millones de euros que obligó a un precipitado cierre presupuestario. Que los presupuestos generales para 2011 diseñados por Rosa Rodríguez y sus geniales mariachis eran una rocambolesca catástrofe al que se debió practicar una cirugía de emergencia para no paralizar la comunidad autonómica. Quizás Rivero o Pérez, por distintas razones, no estaban en disposición de interrumpirle con impertinentes obviedades pero, ¿dónde estamos los periodistas?

Publicado el por Alfonso González Jerez en General ¿Qué opinas?

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