Diputuiter

En el vídeo – como en todos los anteriores de este peculiar subgénero audiovisual – se observa a la diputada Patricia Hernández preguntando solemnemente y con gran prosopopeya al ministro de Defensa sobre la agresión de un buque de la Armada española contra activistas de Greenpeace en aguas canarias. Cada vez que lanza una pregunta en el pleno del Congreso de los Diputados Hernández tarda menos de lo que cuesta elegir un candidato presidencial socialista en difundirlo por las redes sociales y, en especial, por twitter: ha conseguido así – y gracias a varias preguntas a diversos ministros sobre asuntos particularmente graves – la moderada notoriedad que disfruta en  Madrid y en Canarias. Pero las preguntas en el pleno de la Cámara Baja no representan la parte más sustancial del trabajo de un diputado. No hay nada particularmente heroico ni resolutivo en dirigirse a un ministro y, con una cuidadosa indignación contenida, un semblante severo, una ironía no precisamente deslumbrante, plantear una cuestión al responsable ministerial de turno. Leerse y estudiarse expedientes, estar inmejorablemente informado de la situación política, social y económica de sus representados, intervenir en la elaboración de leyes, presentar mociones, participar en equipos para diseñar textos alternativos, luchar en la elaboración de propuestas presupuestarias. Esa es la labor básica de un diputado que se toma su trabajo en serio. El abuso sistemático de las redes sociales para resaltar supuestos momentos de gloria solo contribuye a una trivialización de la acción política que está embadurnada de un personalismo a veces pueril y, por su propia naturaleza, siempre fugaz y cominero.
Ocurre, sin embargo, que este comportamiento de Patricia Hernández es casi una anécdota (aunque ilustrativa) en el PSC-PSOE. Porque en el PSC-PSOE, en la anterior legislatura autonómica, no se diga en la presente, se ha mostrado reiteradamente incapaz de presentar un análisis de Canarias en la peor encrucijada económica de su historia y perfilar un conjunto de alternativas, propuestas y acciones en el ámbito del reformismo socialdemócrata. Ni un solo documento ha pergeñado la dirección del PSC en los últimos seis años. Ni un miserable debate estratégico, programático, ideológico puede constatarse en el seno interno de la organización socialista transformada en un desolador erial político e intelectual. El PSC es hoy indistinguible de un ficus encantado de su insignificancia. El único producto relevante de la factoría PSOE  relativo al Archipiélago fue aquel Plan Estratégico de Canarias que los mismos socialistas isleños han olvidado a conciencia, tanto en sus diagnósticos, como en sus propuestas, como en los compromisos presupuestarios. Debe ser que no cabe en un tuir.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

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