José Miguel Pérez y el resto

El secretario general del PSC-PSOE, José Miguel Pérez reunió a su comisión ejecutiva en Santa Cruz de Tenerife para evitar que sus más fieles lo lapidasen por las esquinas de Las Palmas. Porque los más irritados con la decisión de Pérez de no repetir como candidato presidencial socialista en las elecciones autonómicas del próximo mayo han sido sus seguidores más cercanos: los que por convicción (los menos) o interés rastacueril (los más) lo apoyaron como secretario general para alcanzar un mondo y lirondo 53% de los votos en el último congreso regional. La estupefacción fue general, un reconocimiento unánime al malévolo apodo de El Mudito que Pérez se ganó al principio de su carrera política. Pero conviene no confundir el asombro irritado con la decepción dolorosa. Nadie (incluyendo los cocodrilos más sensibles) derramará una sola lágrima en el PSOE por el actual vicepresidente y consejero de Educación del Gobierno autonómico.
Como a muchos periodistas les interesa hoy su relato por encima de los hechos, no han faltado los que vinculan la decisión de Pérez de no presentarse a las primarias socialistas con la hipotética derrota que sufrirá este viernes Paulino Rivero en el Consejo Político Nacional de CC. Según estos fabulistas la continuidad del pacto entre coalicioneros y socialistas en la próxima legislatura se evaporaría con el triunfo de Fernando Clavijo, lo que hubiera llevado a Pérez a retirarse. Es una tesis que únicamente demuestra lo fácil que es ganarse la vida (o los follower) como comentarista político. En realidad no hay nada de eso. José Miguel Pérez tiene su propia agenda. El flamante secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lo incluyó en la comisión ejecutiva federal, y le ha ofrecido apoyo para encabezar la lista al Congreso de los Diputados el próximo año. Si no lo consigue se marchará a su casa y volverá a su cátedra. Y eso es casi todo. El resto es únicamente el PSOE, una fuerza política dividida, debilitada, osificada y agorafóbica a cuya urgente reforma Pérez no ha dedicado ni un segundo de su precioso y pachorrudo tiempo. El resto es Gustavo Matos agitando su melenita panten y proclamando que ahora empieza (porque él quiere) una nueva etapa del PSC-PSOE; es Carolina Darias aposentada diligentemente donde le digan para poner un huevo imposible; es Patricia Gutiérrez tuiteando compulsivamente porque cada retuiteo, compañeros y compañeras, es un símbolo del avance del progreso, la libertad y la igualdad en una España sojuzgada por la derechona. Exactamente: el resto es un desastre.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

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