La farsa

La farsa que han montado un grupo considerable –pero no mayoritario: no hay que olvidar que actúan en nombre propio – del PSC-PSOE de Tenerife ha llegado ya a los tribunales. Escuchadas las partes, la jueza que dirime la demanda dispone de cinco días para conceder o no las medidas cautelas que demandan Viciana, Corrales y compañía. En caso de ser insatisfactoria, los demandantes pueden recurrir, en el plazo de veinte días, a la Audiencia Nacional. Y de eso se trata: de estirar el chicle judicial y el pequeño y cotidiano circo mediático hasta la campaña electoral, provocando al PSC-PSOE y a sus actuales dirigentes el máximo daño y, eventualmente, mantenerse vivos como valor político de cara a montar un partido express o incorporarse a otras organizaciones políticas. La dramaturgia de esta mascarada tiene dos soportes básicos: la imagen de una mayoría injustamente oprimida, perseguida y expurgada por un poder despótico y el argumento de que los déspotas persiguen a los verdaderos izquierdistas, los verdaderos socialistas, los que no están dispuestos a pactar con CC ni bailarle el agua a los tétricos poderes fácticos.
Los demandantes emplean las artimañas más encallecidas y repulsivas de la manipulación política para dirigirse a los medios de comunicación. Corrales sigue insistiendo en presentarse como secretario general del PSC santacrucero y desde el primer momento anunció la baja de más de 200 militantes. En realidad no se ha dado de baja ni uno. En la Oficina Federal de Censo y Afiliados no existe constancia de ninguna baja en la organización socialista chicharrera. Ciertamente, una treintena de militantes firmó una suerte de solicitud de baja conjunta, que era más un pronunciamiento político que un documento administrativo, pero ese papel no ha salido hacia ningún órgano de dirección socialista.
Si los militantes y antiguos cuadros que mantienen las tesis de Viciana y Corrales anuncian bajas colectivas, consideran que la dirección del PSC-PSOE ha sido tomada y colonizada por una cuadrilla de facinerosos a los que insultan casi a diario, valoran que no se cumplen las garantías estatutarias, anuncian, promueven o insinúan la creación de un nuevo partido o su enrolamiento en otras fuerzas políticas, ¿qué hacen en los tribunales poniendo caritas de amargo estreñimiento ante los fotógrafos? Pues sí, eso mismo. Erosionar las perspectivas políticas y electorales del PSC y luego denunciar que solo se sacaron veinte diputados porque los echaron.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 1 comentario

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