Alarcó

Son todos absolutamente encantadores

(Sede de la Presidencia del Gobierno. 12.30 horas)
–Bueno, señores – resumió Paulino Rivero –. Tenemos que llegar a un acuerdo amplio, riguroso y generoso sobre la reforma del REF, pero como ustedes no ignoran, nos queda muy poco tiempo…
–Hombre, presidente – repuso Blas Trujillo –, quizás se nos hubiera convocado hace seis meses, el margen temporal sería, digamos, más amplio…
–¡El presidente no podía! – chilló José Miguel Barragán-. Soria solo estaba dispuesto a pactar la reforma del REF con Rosa Rodríguez, y eso bajo durísimas condiciones…
— ¿Qué condiciones? – se interesó Hernández Spínola.
— En primer lugar, que Rodríguez no asistiera a las reuniones.
–Ya veo cernirse sobre esta convocatoria la sórdida pinza entre Coalición y el PSOE –gruñó Miguel Cabrera –. No toleraremos ese comportamiento porque imposibilita cualquier acuerdo, en este y en otros temas…
–No, no, por favor, nada de eso – se apresuró Paulino Rivero, mordiéndose los labios –. Por favor, recapacite, aunque reconozco que cuando se enfada parece tan guapo…
–Nada, nada. Si insisten en esas actitudes comenzaremos a decir por ahí que Soria dejó la Consejería de Economía y Hacienda hecha unos zorros…
–¡Dios mío! –palideció Barragán –. No serán capaces…
–¿Que no? ¿A que convoco una rueda de prensa y lo digo? A ver si recuerdo el cierre del presupuesto autonómico en noviembre…
–Apelo al patriotismo de todos ustedes. Tenemos que hacer un esfuerzo de consenso y, sobre todo, alcanzar un gran acuerdo para trasladarlo a las Cortes cuando antes. ¿Les parece si celebramos la próxima reunión a principios de febrero?
— ¿Sobre el día 10?
–Mejor el once.
–Tengo dentista. El 11 mejor.
–Lo siento, inauguro el III Congreso Internacional de Potaje de Pantana. ¿El 12?
— Mmmm… cae sábado.
— El 14 entonces.
— Hay que cerrarlo cuanto antes.
— Es lo que yo digo.
(Sede de Nueva Canarias, 14.30 horas).
Román Rodríguez sacudió la cabeza y su encantadora guedeja canosa vibró de indignación. Se volvió hacia sus compañeros.
–Es muy grave. Tenemos que pronunciarnos en un comunicado. Esta misma tarde.
–Hombre, Román – Paco Santiago parecía dudar – quizás es precipitado…
— ¿Precipitado? Por favor. Analiza la situación políticamente, Paco. José Miguel Pérez se va de francachela con Paulino Rivero y un grupo de empresarios tinerfeños y ultrachichas… Es indecoroso…
— En realidad no era una francachela, sino un almuerzo… – precisó tímidamente Marino Alduán –.
–Caaallaaa, pecador de la pradera – interrumpió Pedro Quevedo -. Está hablando el presidente, fistro vaginal…
–Pero si tú te has hartado de comer con Ignacio González, el Marqués de La Oliva y los del PIL – insistió Paco Santiago.
–¡Eso es mentira! – lo de Román Rodríguez fue un alarido –. ¡Yo sigo una dieta estricta y evito las grasas polisaturadas!
–¡Por la gloria de tu madre! – ensalzó Quevedo.
–Es que por más que lo analizo políticamente, no veo lo malo…
–Lo malo para él es lo que vamos a decir nosotros. Ejem, lo evidente. Que ya tiene el pacto cerrado con Coalición Canaria…
–Si no fuera por ti, Román, si no fuera por ti…
–¿Y si CC pacta con los del PP?
–Si CC y PP pactan es el pacto de la derecha de siempre y si pacta CC con el PSOE es que ha corrompido a los socialistas… ¿De acuerdo? Vámonos ya a echarnos algo, que son casi las tres… ¿Qué tal en la Casa de Galicia?
(Sede del Partido Popular de Tenerife, 17.30)
Antonio Alarcó quedó paralizado en la puerta de la sede del PP de Tenerife al escuchar un grito largo, agónico, espeluznante. Apresuradamente entró y cerró con doble llave. En el hall encontró a Maribel Oñate leyendo una novela de Barbara Cartland. Mientras pasaba tranquilamente una página se escuchó un nuevo chillido. Alarcó se limitó a comentar con gesto adusto:
–No me digas que volvió a las andadas…
Oñate suspiró, sin levantar los ojos del libro.
´–Pues sí. Es terrible. Esta vez llevan ya tres horas y no hay manera…
Alarcó suspiró y se acercó al amplio despacho del fondo. Sí, se trataba de una recaída. Pablo Matos, sudoroso y amoratado, estaba sobre un potro de tortura, rodeado por Cristina Tavío y Manuel Domínguez. La presidenta del PP de Tenerife sostenía cariñosamente una picana eléctrica en la mano.
–Vamos, Pablo, si es por tu bien. Si ya aceptaste ir de número dos, ¿a qué vienen ahora estas tonterías?
–¡Noooo! – Matos se retorcía inútilmente -. No pienso hacer el programa electoral. Tengo trabajo en Madrid. No y no.
–Pablo, Pablo – le reconvino suavemente Alarcó – No seas chiquillo. Mira a qué nos estás obligando… Cristina tiene lágrimas en los ojos…
–Es cierto – reconoció Tavío -. Se me ha metido una pelusa. Pablo, ¿recapacitas o no?
–¿Le aprieto, Jefa, le aprieto? – preguntó solícitamente Domínguez.
— ¡Noooooo!
Alarcó se quitó raudamente la chaqueta.
–Mañana tengo una operación a las siete y media, así que empecemos en serio de una vez…
–A ver, Pablo – Tavío acercó la picana –. ¿Tú qué harías en Tíncer?
— ¡Aaaaaah!
(Sede de la Plataforma contra el Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz. 19.15 horas)
— Eeeh, que ya está aquí el periodista.
–Deja el desinfectante a mano. ¿No será un periodista del Régimen?
–No, lo he investigado. ¿Qué te crees?
–¿Seguro?
–¿Por quién me tomas, joder? Lo he investigado. Trabaja sin contrato y gana 500 euros mensuales.
–De acuerdo, de acuerdo. Ya sabes. En cuanto los contratan se pudren. Es inevitablemente el resultado de la asquerosa connivencia con el poder. Que suba, que suba.
El periodista entró y saludó con cierta timidez.
–¿Conoces algo del PGO?
El periodista miró a su alrededor, sorprendido.
–Hombre, lo que he leído…
–¿No será lo que has leído en los periódicos, no? Los periódicos mienten. El control informativo e ideológico es uno de los instrumentos básicos de la perpetuación del Régimen. ¿No te has leído el PGO, no? ¿No sabes que Santa Cruz de Tenerife está en estado de alarma?
— No. Primera noticia.
–Fíjate. Ignoras todo lo que pasa a tu alrededor y pretendes ser periodista. ¿Qué instrucciones te han dado tus jefes canallas, vendidos y miserables?
–¿Instrucciones? Vengo a que ustedes me den su versión…
–¿Versión? ¿Qué versión? Lo nuestro son los hechos. ¿Sabes cuantas alegaciones se han presentado? Miles. Muchas miles.
— ¿Al Ayuntamiento?
–No, no en ese muladar. Aquí, en nuestra oficina.
–Hombre, pero eso no son alegaciones…
–Oye, ¿no y que lo habías investigado, pollaboba? Mira, apunta, apunta si sabes escribir. Primero, los concejales de CC, PP y CCN son unos criminales…
–¿Cómo?
–Unos criminales. Pero bueno. ¿Tengo que explicártelo todo?

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 2 comentarios