Meri Pita

Algo pasa con Meri

El escándalo de los correos electrónicos falsificados con los que la corriente Claro que Podemos se habría impuesto en las elecciones primarias celebradas en marzo de 2015 no ha merecido el desmentido de la secretara general de Podemos en Canarias, Meri Pita, ni de la secretaria de Organización, Concepción Moreno, ni de la portavoz parlamentaria, Noemí Santana. Pita y sus fieles se han parapeteado tras un flatulento comunicado del Consejo Ciudadano de Podemos que parece escrito por un mal humorista con problemas de Alzheimer. El llamado Consejo Ciudadano de Podemos solo ha sido noticia por las expulsiones y dimisiones que han jalonado su mortecina crónica desde hace más de un año. Este órgano de representación interna está al borde de la disolución, porque a la decena de dimisiones en el pasado verano se sumaron otras siete en noviembre – algunas tan señaladas como las de Domingo Garí, José María Fernández-Palacios y Dailos González, consejero del Cabildo de La Palma al que la secretaria general persigue convertir en rapadura. Los Consejos de Gran Canaria y Tenerife fueron abandonados, entre el hastío y la indignación, por la mayoría de sus integrantes y han sido finiquitados de facto. Incluso la Comisión de Garantías fue disuelta al ser admitida a trámite una denuncia por falsificación documental –ya es casualidad –contra su presidenta, Isabel Suárez. La dirección de Podemos Canarias ha quedado reducida prácticamente a Meri Pita, a punto de expedientarse a sí misma por ser demasiado benévola, a Concepción Moreno, que le sirve diariamente su ración de disidente frito en salsa de improperios, y a los que no quieren enemistarse con la dirección nacional y miran para otro lado, como Noemí Santana, la alucinatoria Juana de Arco de esta izquierda alternativa que se ha puesto morada de expulsiones y excomuniones.
Lo peor del comunicado del semifantasmal Consejo Ciudadano es esa insistencia tan podemita —  un  rasgo que ya es más estilístico que argumental — en considerar idiota a todos los demás. De manera que el  narra seriamente lo que estipulan las normas y reglamentos de Podemos para las elecciones primarias como prueba indubitable que no se produjeron irregularidades en las elecciones primarias de 2015. Es algo parecido – permítase el símil – a que el principal argumento defensivo de alguien acusado de robo consistiera en recitar muy seriamente el código penal.  No obstante, esto resulta apenas comparable a imaginar la reunión de pitistas con decenas de inmigrates saharauis para convencerlos de las sutiles pero trascendentes diferencias estratégicas y programáticas entre Claro que Podemos y el resto de las candidaturas.  Tuvieron éxito porque nadie ignora que desde chiquititos los saharauis son más pablistas que errejonistas.
Y por supuesto se añade una amenaza final. Precisamente la amenaza de acudir a los tribunales para denunciar a los medios de comunicación y a los periodistas que se atrevan a seguir hablando sobre este asunto. La pincelaba que faltaba para terminar ese autorretrato políticos de quienes han hundido – a menudo en colaboración con sus adversarios – el nonato proyecto de Podemos en Canarias.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito 1 comentario

Candidatura

Fernando Ríos Rull entró en la sede de Podemos tocando una versión de L’Estaca con unas chácaras a las que ponía mucho sentimiento. El ensordecedor ruido interrumpió una reunión del núcleo duro del Consejo Ciudadano que contempló horrorizado la actuación del excomisionado de Desarrollo de Sí Mismo del Gobierno de Canarias. Ríos Rull acabó, se inclinó respetuosamente frente a su involuntario público y saludó:

–Compañeras, compañeros…Vengo a presentar mi candidatura al Parlamento de Canarias pero, sobre todo, a aportar mi grano de arena como ciudadano y jurisconsulto a este histórico proyecto democrático, plural y progresista…

–Usted está loco –le cortó Mery Pita -. ¿Quién le ha metido semejante idea en la cabeza?

–No hubiera dado este meditado paso sin la insistente invitación del Círculo de Egregios Acabados de Adeje…Aquí tengo las firmas…

–Pero usted…usted… Usted es casta. ¿Me entiende? Casta.

–No se apresure. Detrás de mí quizás vengan otros. ¿O no les interesaría ustedes contar con, no sé, un expresidente del Gobierno de Canarias? Valoren qué aportación de canareidad supondía eso.

–¿No se estará refiriendo a Paulino? – preguntó, estrábico por la estupefacción, Joaquín Sagaseta.

–Igual habla de Román –murmuró Domingo Garí –. Es entrismo. Menuda desfachatez venir de otro partido y pretender al instante ocupar cargos públicos u orgánicos en…Eeeeh…No, no…Quería decir que es usted…

— Casta –apuntó Sagaseta con un gesto involuntario de terror que le llevó a palpar el retrato de Hugo Chávez que llevaba en el bolsillo de la camisa –.  Lo que quiere decir el compañero es que usted es casta.

— El régimen está acabado — proclamó Garí, enfebrecido-. He aquí que las ratas huyen del barco. Ya tenemos la mayoría absoluta en el bolsillo. Que tiemblen los cipayos del colonialismo español.

— Domingo, te pido respetuosamente moderación – exigió Pita.

–¿Más moderación? Pero si llevo diez años callado en Sí se Puede. Creí que esto sería distinto. Agoñe yacoran iñatzahaña macoña met que no me estaré más tiempo en silencio.

–Yo también intenté aprender alemán para leer directamente a Marx, pero no hubo forma –confesó Sagaseta–. Usted, Ríos, forma parte de la superestructura política de dominación del capital postnacional.

–Eso, eso – resumió Meri Pita –. Usted forma parte del Régimen.

–¿Yo? Pero si he dimitido.  ¿Y usted? Yo, al menos, no he recibido una Medalla de Oro del Gobierno de Canarias, y eso que, desde mi humilde punto de vista, me la merezco plenamente.

–Oye, chica, ¿tú has recibido una Medalla de Oro de este Gobierno corrupto y miserable? – preguntó Garí, escandalizado.

–No, yo…Estooo…No. Yo la recogí, solamente la recogí como presidenta de la Junta de Personal de la Administración de Justicia…

–Pero la recibiste, ¿no? ¿Cómo pudiste ensuciarte las manos? Yo ni siquiera toleré que me calificaran cum laudem la tesis doctoral. Esto es grave. Exijo una reunión urgente del Consejo Ciudadano de Podemos Canarias.

–Hay que revisar el código ético…

–Y las fotos que estén colgadas en Internet…

–Oigan –protestó Ríos Rull. ¿Dónde van?  ¿Y mi candidatura? ¿Qué pasa con mi candidatura?

 

 

 

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