Pedro Martín

Su santa impunidad

El columnismo es un esfuerzo digno de mejor causa. Hay días en los que las miasmas son tan penetrantes que escribir se convierte en un riesgo respiratorio. Hace unos días, en conversación con varios compañeros encargados de información política, coincidimos todos en que los responsables públicos – sobre todo los de los partidos gobernantes – en la mayor parte de las ocasiones ya ni responden a las llamadas telefónicas de los periodistas. Que nos den y bien duro. Los excelentísimos y sus señorías se reservan para cosas más importantes. Está cuajando, como una placa de mierda cristalizada sobre las ventanas de la democracia, un desprecio absoluto por los medios de comunicación y una sensación de impunidad entre los que mandan que riéte tú de Ricardo Melchior a principios de siglo. Un ejemplo al azar. El ayuntamiento de La Laguna. El gobierno municipal que preside Luis Yeray Gutiérrez con la apostura de un maniquí de Mango lleva hasta dos años sin responder a numerosas preguntas de la oposición ni entregar documentación oficial. Por supuesto, tienen un tiempo tasado para contestar. No lo cumplen. Les trae absolutamente igual. Ah, aquel lejano pasado en el que Rubens Ascanio  –todavía sin endocrino ni pajarita – y Santiago Pérez – aun ignorante de que el PSOE solo deseaba parecerse a él hasta en los andares –bramaban en los plenos porque el gobierno de coalicioneros y  socialistas  — en el que por cierto participaba Gutiérrez — llevaba tres meses sin entregarles un decreto. Tres meses, obviamente, empapados en fascismo. Cuando, por fin, anteayer entregan parte de la documentación, se comprueba que esta peña se ha gastado cientos de miles de euros, todavía en plena pandemia, para gestionar sus redes sociales. El alcalde, él solito, más de 100.000, aparte de 15.000 púas para una estrategia de marketing sobre su augusta presencia así en la tierra como en el cielo. ¿Para transmitir qué noticias? Bueno, para repetir por enésima vez, verbigracia, que María José Roca, concejal de Comercio y Movilidad, mandó pintarrajear el suelo de la calle Heraclio Sánchez de vivos colores. Qué hermoso paso hacia una movilidad sostenible, inclusiva, pluricultural y respetuosa con la identidad sexual de todos los transeúntes.

¿Y lo de los cursos de Servicio Canario de Empleo en colaboración fraternal con el Cabildo de Gran Canaria? Esa tampoco decepciona. De repente aparece por la pantalla la pequeña colibrí del Gobierno autónomo,  Elena Máñez que pía sobre un micrófono que el SCE va a impartir cursos para aumentar las habilidades digitales de los trabajadores de la construcción. ¿Para trabajar dónde? Pues donde va a hacer, en el Salto Chira Soria, el brutal y mesiánico capricho de Antonio Morales, presidente del Cabildo grancanario. Además de disfrutar excomulgando a los críticos y a los descreídos y premiando a los fieles seguidores, Morales sacó un concurso millonario para la contratación y funcionamiento de una empresa que practica oficios marketineros repartiendo pasta en publicidad directa e indirecta del proyecto, y ahora consigue el apoyo decidido del Gobierno para legitimar el Salto Chira Soria como fuente de creación de millares de empleos. A los albañiles se les enseñará a utilizar el ordenador para destruir su propio país, y cuando terminen las obras pues ya pueden divertirse junado al Fornite el resto de su vida.

Tercera. El ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ante la evolución de la covid, traslada las fiestas de carnaval a junio, y se plantea utilizar para celebrar concursos y actos la explanada donde se desarrollan concursos y conciertos como el que ofrece tradicionalmente la Orquesta Sinfónica en Navidad. La Autoridad Portuaria se niega sin detallar mayores razones. Y entonces aparece el presidente del Cabildo, Pedro Martín, para salvar la situación. Todo de una espontaneidad fabulosa. Nada, hombre, que lo hagan bambón honorario, diablo loco en excedencia, triquitraque sustituto. El muy carnavalero.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

Un programa para Arriaga

Acerca de mí - Enrique Arriaga

Empecé escribiendo este articulejo como una colección de vacilones. Ya saben: Román Rodríguez de rojo pasión presentando –con escote peludo incluido – En Clave de Ja, Casimiro Curbelo disertando sobre balística en Canarias es Cultura, Elena Máñez concursando a diario en Cógeme si puedes,  María del Rio, Manuel Marrero y Paco Déniz haciendo Sota, caballo y rey. Algo así. Pero es que no encuentro graciosa la noticia que seguro han podido ustedes leer. Y la han podido leer porque los implicados han tenido la inmensa y granítica jerola de presentar el dorado fruto de su desvergüenza en una rueda de prensa.

La televisión pública canaria comenzará en breve a emitir un nuevo programa cuyo conductor será el vicepresidente primero del Cabildo de Tenerife y penúltimo ectoplasma de Ciudadanos en Canarias, el señor Enrique Arriaga. Mentes divergentes consistirá en entrevistas del muy polifacético Arriaga (funcionario de Riesgos Laborales, ideólogo isleño del centrismo céntrico y centrado, consejero insular y ahora showman palcolor) “con diez personajes referentes en varios sectores sociales, económicos y culturales”. Toda la profesión periodística del archipiélago se quedó ayer estupefacta con esta burla inaudita, con esta cachanchanada impúdica. Por supuesto, el administrador único de RTVC, Francisco Moreno, no ha explicado bajo qué criterios ha autorizado que  en un espacio emitido por su cadena un político en ejercicio – el vicepresidente primero de un cabildo – se dedique a hacer entrevistas y chupar cámara. Tal vez porque en el sector sea imposible encontrar periodistas desempleados o precarizados. O quizás porque desde cualquier parte puede detectarse, cada vez más intensamente, el penetrante hedor a impunidad que desprenden ciertos comportamientos en el espacio público canario.  

Recientemente RTVC ha sido galardonada por el premio Ondas (como la cadena SER en Canarias) por la admirable y sacrificada cobertura que ha realizado y todavía realiza de la erupción volcánica en La Palma y sus destructivos efectos. Pero uno sospecha que los directivos de la cadena, y especialmente ese administrador único con poderes casi omnímodos pretenden blanquear con esta distinción toda una gestión que debe criticarse y discutirse. No es ni puede ser así. Esta es una televisión tan extraña –lo he escrito alguna vez –que en dos años solo han entrevistado al presidente Ángel Víctor Torres periodistas con contratos de producción con TVC, con la excepción de otro entrevistador de excepción, precisamente, el excepcional administrador único.  Una televisión tan pulcramente domesticada que ha excluido por principio cualquier programa de debate político. Una televisión tan tranquilamente astuta que cuando llama a periodistas a inocentes conversas matinales se preocupa muy mucho de invitar a jubilados y a ex periodistas para que nadie pase por ahí más de un par de veces al mes. Una televisión tan confiada en la reverencial ausencia de crítica que presenta como programas culturales buñuelos de viento carentes de sustancia en los que la crítica a las políticas culturales de las administraciones públicas, por ejemplo, representa un amable tabú. Es una televisión friendly, casual, alígera, decididamente urban, con sus tardes para la lágrima sentimental y el alarido demagógico y sus mañanas de leche de soja informativa, no se me vayan a empachar. Una tele canapé bajo un foco cenital; diez minutos después no recuerdas ni el sabor de esa diminuta insignificancia. Una televisión que, sobre todo, se dedica a contarse sonriente y satisfechamente a sí misma.

Ahora esta cadena se enriquecerá con la profesionalidad de don Enrique Arriaga, que por el atractivo título de su programa debe haberlo bautizado él mismo. A partir de anoche el presidente del Cabildo, Pedro Martín, puede dormir más tranquilo. Le costó año y medio, aguantando llantinas y amenazas, pero se lo consiguió.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 1 comentario
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