Raúl Alonso

Sobre mojado

Finalmente la autoridad judicial decidió no conceder las medidas cautelares que solicitaban los representantes de las direcciones insular y local del PSC-PSOE suspendidas por decisión del comité ejecutivo regional. A los demandantes les queda el recurso de recurrir a la Audiencia Provincial, pero sus posibilidades parecen exigüas: no existen precedentes de una audiencia que reponga en sus cargos orgánicos a dirigentes o cuadros suspendidos por los órganos de dirección superiores de su partido en aplicación (se trate o no de una acción política y personalmente cuestionable: eso no se substancia en los tribunales) de los estatutos y reglamentos internos de la organización socialista. En realidad esta decisión judicial no afecta a la situación real de los involucrados en la misma: todos y cada uno de ellos ya habían tomado, a tenor de sus declaraciones y contactos, su propio y tortuoso camino.
La opción de Ignacio Viciana era hace semanas abandonar el PSC y lo más probable es que, acompañado de varias docenas de militantes y exmilitantes socialistas, organice su propia plataforma electoral, que pudiera llegar a acuerdos con otras fuerzas de izquierda. Los Verdes ya se les han ofrecido. La nueva aventura equinoccial de Viciana tiene, no obstante, escaso recorrido, porque un producto político tan mediopensionista como el exsecretario general del PSOE tinerfeño solo es concebible y perdurable, precisamente, en el PSOE tinerfeño de la última década. Por lo demás, una travesía por el desierto con grumetes como Pedro Anatael Meneses y ese visionario club de bolas y petancas que presenta como facción tinerfeña de Izquierda Socialista podría destrozarle los nervios al mismísimo Rommel. José Manuel Corrales lo tiene aun más crudo, porque Corrales no dispone de tropa propia con la que montar ningún chiringo ni negociar una incorporación. Con todo, yo confió en la capacidad de renovación del señor Corrales, tan testarudamente acreditada, y no me extrañaría verle reuniendo a todos los laboriosos propietarios de los tiendas de chinos en Santa Cruz y fundando el Partido de la Izquierda del Bazar, para seguir dando ruedas de prensa, emitiendo comunicados y, eventualmente, por supuesto, asumiendo, si le lo piden mucho, la Secretaría General del PIB.
¿Y Santiago Pérez? Ahora mismo –como siempre – está reconstruyendo su memoria histórica para descubrir, estupefacto, que nunca se equivocó ni navajeó por un cargo ni disolvió a nadie. ¿Y Raúl Alonso? En los juzgados. A Alonso lo encontrará usted en los juzgados.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General 3 comentarios