La tentación del tapado

Se rumorea que la reunión del Consejo Político Nacional de CC del próximo viernes, en la que se debe designar al candidato presidencial para las elecciones de 2015, se prolongará más allá del amanecer. Es posible. Los reglamentos coalicioneros son una paparruchada que derivan de los viejos tiempos de desconfianza y escasa articulación de los años noventa. Por entonces fue cuando se estipuló esa sandez de los tres quintas partes de los votos del CPN como porcentaje indispensable para alcanzar la candidatura y se instituyó la grotesca norma de la minoría de bloqueo. Porque, efectivamente, un candidato puede conseguir el 60% de los apoyos en el máximo órgano de dirección de CC – que en la práctica solo se convoca para esto – y sin embargo no prosperar porque el restante 40% no lo quiere. Se supone que se trata de uno de los mecanismos fijados en su día para salvaguardar sensibilidades insulares o evitar alianzas entre las islas mayores en prejuicios de las pequeñas o viceversa. Que todavía esté en vigor tal mandanga demuestra los límites (insuperables) de la unificación de CC y la pervivencia en su cultura política de la intriga buhonera. Pero si desde el punto de vista de la propia CC esta normativa interna en uno de los signos de parálisis y engarrotamiento políticos, para la actual sensibilidad democrática ofrece un espectáculo lamentable. Cuando muy mayoritariamente la ciudadanía exige democracia interna y transparencia – que en estos asuntos se traduce en primarias libres y abiertas – Coalición ofrece por enésima vez la imagen de luchas, escaramuzas, vetos, conspiraciones, presiones, fulanismos, ofertas y exigencias. No parecen enterarse de lo que corre por ahí fuera.
La situación se ha agravado, por supuesto, por el voraz empecinamiento de Paulino Rivero por optar a un tercer mandato consecutivo. En ningún momento Rivero ha ofrecido argumentos políticos consistentes para sustentar su anhelo. Aún más, ni siquiera ha admitido explícitamente su condición de candidato. Se ha limitado, sorprendentemente, a referencias estrictamente personales, bien de carácter médico o forense (“me siento con fuerzas”) bien aludiendo a una merecida recompensa (“me han tocado años muy duros y los próximos serán los de la recuperación económica de Canarias”). Desde hace semanas no lucha por ganar la votación, sino por aglutinar una minoría de bloqueo que detenga la candidatura de Fernando Clavijo. Aunque resulta improbable, quizás lo consiga para introducir por la puerta del retrete a un tapado. Sin embargo, una operación palaciega y chuchurría, de la que salga un caballero como tercera opción de consenso ortopédico, no sería más que la penúltima alcaldada presidencial. Una burla a los militantes y al propio proyecto coalicionero. Y un pasaporte matasellado para una hostia electoral histórica.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

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