Osama Ben Laden

Casi estuvo aquí

Como apuntaba un amigo en un contubernio -único espacio apto para la supervivencia en las ínsulas baratarias del siglo XXI- el estuvoaquí es casi un subgénero en el periodismo canario: aquí estuvieron Churchill, el Dúo Dinámico o The Beatles y de vez en cuando un plasta irremediable lo recuerda con emoción por enésima vez bajo un titular crípticamente nostálgico. Como si los echara de menos. Existe una variante incluso más fruitivamente paleta, el casiestuvoaquí. Por ejemplo, Charles Darwin casi estuvo aquí, y contempló el nevado Padre Teide en lontananza, y qué mala suerte no haber desembarcado en Tenerife, en la que practicando una somera observación sobre terratenientes, clérigos y cargos públicos le hubiera bastado para descubrir que primates y seres humanos compartían antepasados comunes. El tiempo y los sacrificios que se hubiera ahorrado en selvas y desiertos americanos. Seguro que a Darwin le habría encantado el mojo y en un par de años su dominio de las chácaras hubiera sido irreprochable. ¿Y el Papa? No ignorarán ustedes que Juan Pablo II casi estuvo aquí. Por los pelos de la lengua de un cardenal no besó el manto de la Virgen de Candelaria, la más bonita, la más morena. Y conviene recordarlo sin piedad cada vez que se pronuncia su nombre en los medios de comunicación: Karol Woytila, chicharrero súbito. Cuando sea canonizado, apenas en un par de años, volverá a funcionar la rueda de la memoriosa desmemoria, y el gozoso recuerdo de lo que estuvo a punto de ocurrir se engalanará de adacadabrantes y deliciosos titulares.
Comprenderán ustedes que, una vez liquidado Osama Bin Laden, no podíamos estarnos tranquilos. Desgraciadamente no existe la más tenue señal de que el icono de Al Qaeda pisara alguna vez territorio canario. Peor aun: hoy por hoy ni siquiera puede asegurarse, pese al devoto y minucioso fervor de nuestros cronistas locales, que Osama Bin Laden casi estuviera aquí. Pues se busca un repuesto rápidamente y ya podemos contar que un simpatizante de Al Qaeda, que un agente de Al Qaeda, que un dirigente de Al Qaeda, que un lugarteniente de Osama Bin Laden, digámoslo claramente, vivió en un pisito en Las Alcaravaneras dedicado al malvado proselitismo yahadista. Un hombre terriblemente peligroso, tras cuya incesante actividad, como se sabrá más temprano que tarde, está el escaño senatorial de José Macías, la eclosión de pizzerías en Las Canteras y el misterioso ceceo de ZoyZoria. Por el momento.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General ¿Qué opinas?