Proyecto Drago

Destellos de un próximo ciclo

Una constelación de señales quizás indique que está a punto de comenzar no un nuevo ciclo electoral (todavía) pero sí un nuevo ciclo sociocultural e ideológico. El optimismo se ha refugiado en los políticos, a los demás nos basta con ir tirando. Es realmente insoportable aguantar los autorriquirracas de Ángel Víctor Torres hablando de la creación de 50.000 empleos más que los existentes en 2019, pero más irritante aun es no escuchar un análisis mínimamente serio de mercado laboral canario actual por parte de la oposición. ¿De verdad se cree ese caballero que los 50.000 empleados nuevos curran siete horas diarias y perciben el salario mínimo interprofesional? ¿Sabe que más de un tercio de esa cantidad son trabajos a media jornada – una media jornada que nunca se cumple escrupulosamente – y los empleados se sacan 600 euros mensuales? ¿Cómo se puede vivir hoy con 600 euros mensuales, especialmente en la comunidad que en el pasado marzo alcanzó la mayor inflación interanual? El 70% de los isleños llegan a la última semana de cada mes sin un céntimo y están (moderadamente) endeudados con los bancos. ¿Torres ha pisado  alguna vez en los últimos años un supermercado? Es exasperante esta incesante estúpida satisfacción. Pero al PSOE –como todos los demás partidos – solo le interesa el voto de los dos colectivos que más visitan las urnas: los funcionarios y los jubilados, blindados ambos por el Estado y con subidas en sus percepciones económicas que neutralizan o alivian el proceso inflacionario.

Fuera de esta placenta el malestar social crece con una característica novedosa: en el imaginario de una mayoría cada vez más amplia los tres factores de nuestra problemática desdicha están interrelacionados: las estrecheces y quebrantos económicos, con un desempleo reconocido del 14%, una desigualdad social galopante y un estrechamiento angustiosos de las clases medias se relaciona con el turismo y la construcción como motor económico y tienen como correlato la destrucción de ecosistemas y paisajes. Crece y crece la sensación de que no hay cama para tanta gente, excepto para los turistas. “No me hablen de continente/que ya se han abarrotado/usted mira a todos lados/y los ve lleno de gente”.  Lo que cantaba Pablo Milanés es lo que está ocurriendo aquí. O lo que le parece a los isleños que está ocurriendo, lo que es casi exactamente lo mismo. El subtexto de ese malestar difuso, pero cada vez más hondo, intenso y compartido, es que nos están echando de nuestras propias islas, que nuestro país comienza a ser un lujo para vivirlo decentemente, que la belleza está siendo diezmada o –en el mejor de los casos – secuestrada y prostituidad por intereses ajenos a la mayoría. Desempleo, subempleo, pobreza y desigualdad por un lado y destrucción ecológica y degradación paisajística por otro son la consecuencia inevitable – según lo que se percibe como una obviedad – de la intensificación del desarrollo turístico en los últimos treinta años. El turismo pueda dar para comer, pero no para construir una sociedad próspera, sostenible, cohesionada y solidaria. Los efectos positivos de la turistificación de la economía canaria están cada vez más lastrados por externalidades negativas cada vez más estructurales. por la desincentivación de la inversión en I+D+i,  la produce un empleo de mediocre calidad y alta rotación, la degradación ecológica y medioambiental.

Las organizaciones políticas tradicionales van a ser sobrepasadas muy rápidamente por esta consciencia que tiene su principal anclaje en jóvenes de menos de 35 años con estudios medios y universitarios y que, en muchas ocasiones, han estudiado y trabajado fuera de Canarias durante algún tiempo. Para estos jóvenes – echen un vistazo a las candidaturas del proyecto Drago – los grandes partidos tradicionales ni siquiera han hecho todo lo posible en los límites del autonomismo, como demuestra el deficiente funcionamiento del modesto Estado de Bienestar en Canarias o que decenas de miles de majoreros se queden sin agua durante semanas o que el Gobierno autónomo muestre un servilismo silencioso y vergonzoso en los cambios políticos y diplomáticos de España hacia Marruecos o en los hombres, mujeres y niños mueran ahogados intentando llegar a nuestra costas, que solo merecen lágrimas de cocodrilos cómplices. Este malestar popular, este análisis terminal, este desbordamiento de los marcos mentales que regimental nuestro espacio político crecerá mucho en los próximos años y su discurso hará fortuna.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

El Largo en La Laguna

Se las esperaba muy felices Luis Yeray Gutiérrez – ese alcalde sandunguero al que temen los fascistas, según el atinado y ecuánime juicio del monologuista Santiago Pérez – en las próximas elecciones municipales. Según sus oráculos el PSOE en La Laguna estaba a tres concejales de la mayoría absoluta, y justo esos tres ediles, así dictan los pronósticos, eran los que obtendría Unidas Podemos, que presentaban de nuevo a Rubens Ascanio, no por incombustible, sino por ignífugo. Yo creo que Ascanio le saldría más barato a La Laguna si le convocasen unas oposiciones unipersonales para ujier, cupletista o sota de espadas, pero allá ellos. Mientras tanto Coalición Canaria y el PP intentaban averiguar si sumaban, restaban, multiplicaban o dividían. Hasta que ayer se confirmó la noticia: Alberto Rodríguez, el hombre del que cuelga un Drago, se presenta al ayuntamiento lagunero sin dejar de aspirar a un escaño en el Parlamento de Canarias.

Rodríguez es, sin duda, perfectamente consciente de que sus probabilidades de alcanzar un escaño parlamentario por la lista regional son casi nulas. Se necesitan unos 70.000 votos para entrar en el reparto. Proyecto Drago ha nacido anteayer, su organización todavía está incompleta y carece de cualquier implantación municipal. En esas condiciones optar a un escaño, incluso, encabezando una lista insular, es bastante ilusorio. Pero el exsecretario de Organización de Podemos, con una notable astucia política, combina lo simbólico con lo práctico. Va por la lista regional para dejar clara la ambición de una apuesta que abarca toda Canarias y ha optado por La Laguna para conseguir un cargo público que le facilite una base organizativa y logística a corto plazo. Se rumorea que a ese respecto Rodríguez y sus compañeros realizaron dos encuestas en Santa Cruz de Tenerife y La Laguna. En el segundo municipio los resultados demoscópicos fueron mejores que en el primero: la encuesta les concedía entre dos y tres concejales. Y obviamente se eligió La Laguna. Tres concejales significan un grupo municipal propio, una financiación pública, una mínima infraestructura para la fontanería del trabajo político. Por lo demás la candidatura “regional” proporciona publicidad a la candidatura local y viceversa. Por supuesto el anuncio de Alberto Rodríguez consiguió empalidecer ayer a la coalición Unidas Podemos. En su cuenta de Facebook Ascanio aseguró quejumbrosamente que había dado todas las facilidades para que en el “espacio de la izquierda” de La Laguna se insertaran los seguidores de Rodríguez, por no hablar del Largo mismo. Es una tontería y sobre todo una bobalicona mentira, costumbre moral a la que Ascanio se ha mostrado singularmente adicto. No le transmitieron nada digno de ser llamado una oferta a Proyecto Drago. Aunque, para ser precisos, desde el Drago de Rodríguez tampoco mostraron demasiado interés en los tejemanejes mercachifles de Si se Puede, Podemos e Izquierda Unida.

Luis Yeray Gutiérrez  observa, pues, que su socio inmediato y salvífico y complaciente puede ser enteramente devorado por los dragonitas. Todo se ha vuelto de repente viejo, frágil, cuarteado, inconvincente. Unidas Podemos y Etcétera entra en una fase agónica. Santiago Pérez es el meme de un personaje secundario de Cuéntame.    Así y todo se me antoja inimaginable que Rodríguez, en última instancia, no apoye la continuidad de Gutiérrez como alcalde. Pero el precio para los socialistas será muy elevado. Para empezar negociará con el PSOE a cara de perro un programa dragoniano. Para continuar le exigirá medio gobierno municipal. Y finalmente hará política y no solo gestión. Mucha política empapada en sentimientos, denuncias, indignación, empatía, un rollo chachi con la gente y para la gente colega. No le queda nada a Luis Yeray. Quizás sería mejor que se fuera y abriese una discoteca de salsa, merengue y bachata, que es lo suyo de verdad.  Fuera de La Laguna, naturalmente. 

Publicado el por Alfonso González Jerez en Me pagan por esto ¿Qué opinas?

Chachi chungo

Escucho una entrevista a Alberto Rodríguez, que ahora encabeza la enésima plataforma política de la enésima izquierda alternativa después de la enésima ruptura (y las que vendrán) del espacio dizque progresista, y por supuesto es lo mismo, exactamente lo mismo que hace treinta años, la misma puñetera salmodia pero chachi y soy un pibe de barrio y tal. Ha cambiado todo excepto, precisamente, las inercias y chatarras mentales y argumentales de los que todo quieren cambiar.  Si me piden que les sea sincero, la verdad, me cuesta escuchar todo esto sin que se me disloque la mandíbula a golpe de bostezos. Está todo ahí: las fantasías gratificantes sustituyendo a la puñetera complejidad de lo real, el hedonismo de la indignación, una supuesta radicalidad que consiste básicamente en eludir cualquier consecuencia de los actos propios y escandalizarse por las de los ajenos, cuatro tópicos como la añoranza de la UPC o la africanidad de Canarias y, por supuesto, un fisco de complejo maquillado como orgullo, salvo que sea simplemente una pose, en afirmaciones como que su procesamiento judicial estuvo motivado, entre otras razones, por su pertenencia a una clase social modesta y trabajadora. Rodríguez no conduce un taxi,  no es un albañil ni repara zapatos: es un técnico bien pagado en la Refinería de Petróleos de Cepsa en Santa Cruz de Tenerife. Antonio Gramsci, que se pegó lustros en las cárceles de Mussolini hasta morir enfermo y hambriento, nunca se presentó como hijo del proletariado, pero seguramente tenía el pelo chungo. A Rodríguez le han retirado el escaño que ocupaba en el Congreso de los Diputados por sentencia judicial. Pocos día después abandonó Podemos, donde llegó a ejercer como secretario de Organización entre 2019 y 2021. Y sin embargo lucha por recuperar el escaño. ¿En calidad de qué lo ocuparía si ya no pertenece a UP? ¿Se marcharía al grupo de los no adscritos? ¿No sería un tránsfuga aunque chachi y buen pibe y yo amo la barriada y tal? A ver si un día se enrolla ahí y contesta. Lo más chocante de Rodríguez –aunque uno lo ha visto otras muchas veces – es cómo ha descubierto que de los partidos estatales los canarios no pueden esperar nada, que el objetivo debe ser construir organizaciones de obediencia canaria, autocentradas (sic) y que se articulen insularmente, con el máximo respeto hacia la autonomía de cada organización, es decir, de cada isla. Una organización nacional que, en definitiva, se diseñe y opere federalmente o incluso confederalmente entre todas las organizaciones insulares. Igual se ha despistado, pero lo que describió así en la antedicha entrevista ya existe y se llama Coalición Canaria, aunque Nueva Canarias tiene una estructura muy similar. Rodríguez militó el Izquierda Unida – que no es un lugar muy autocentrado, pibe – hasta que perdió unas primarias y entonces se incorporó a Podemos, donde durante años no notó para nada como se enroscaba alrededor de su cuello la cadena de la obediencia goda. Incluso perteneció, como ya hemos dicho, a la dirección federal, y cabe imaginar, según su propio razonamiento, que contribuyó como secretario de Organización a aherrojar a organizaciones territoriales y a líderes locales para mantener la disciplina del Amado Líder.    

Alberto Rodríguez ha tenido la habilidad de inventarse un personaje, un personaje perfectamente prescindible e inverosímil para el que no esté dispuesto a cerrar los ojos y prescindir de su propia memoria. No sé si bastará con eso para levantar una opción política. Lo que sospecho, en cambio, es que esta izquierda que repite una y otra vez la ceremonia de su propia confusión, va a terminar de hartar a la gente, y me refiero sobre todo a sus potenciales votantes, en muy poco tiempo, hastiados de enfrentamientos cainitas, de retórica resobada, de pobrezas y mezquindades en los diagnósticos y las propuestas, de una impotencia convertida simultáneamente en prueba de virtud y excusa para el cinismo.  

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?