PP

La pureza imprudente

Los pibes y pibas de Unión, Progreso y Democracia están poniendo en circulación una proyección electoral realizada a finales de 2011. Con los resultados de los comicios de noviembre de ese año, que proporcionaron una amplia mayoría absoluta al PP, los autores han proyectado una hipótesis suprimiendo las circunscripciones electorales y absteniéndose de aplicar la ley D`Hont. Sin coeficiente corrector y con una única circunscripción nacional casi serían veinte las fuerzas políticas con representación en el Congreso de los Diputados, incluyendo partidos y plataformas tan bizarras como PACMA o Escaños en Blanco. Por supuesto el PP se quedaría muy lejos de la mayoría absoluta y el PSOE obtendría incluso ocho escaños menos. Los grandes beneficiados serían Izquierda Unida y (vaya sorpresa) UPyD.
Este curioso experimento ofrece, según la buena gente de UPyD, el cumplimiento estricto de la máxima democrática “un hombre, un voto”. Me parece que se equivocan: el compromiso democrático del derecho al voto no equivale a que el voto obtenga necesariamente representación y, sobre todo, a que tu voto – y el partido o coalición de tu preferencia – participe ineluctablemente en las tareas de gobierno. Pero más allá de esta estruendosa obviedad, un sistema proporcional puro (como es pomposamente denominado) resulta básicamente la placenta de un sistema político inestable y que muy difícilmente puede responder, con capacidad de diagnóstico y resolución ejecutiva, a los graves problemas estructurales de sociedades complejas instaladas en una crisis permanente. El mismo resultado electorales del PP en 2011 fue excepcional. No se  registraba una mayoría absoluta semejante desde los años ochenta. Si se desarrolla el mismo ejercicio hipotético con los resultados de las elecciones de 2008 el número de fuerzas representadas en el Congreso de los Diputados sería aun mayor y las coaliciones de gobierno – con cuatro, cinco o seis partidos discutiendo hasta la última coma de cualquier proyecto legislativo o acción gubernamental — se convertirían en manicomios buhoneros y fugaces. Italia – incluso después de la reforma electoral pactada entre Berlusoni y el centroizquierda – brilla como un ejemplo muy poco ejemplar. La reforma electoral es necesaria – y en Canarias urgente – pero no para sacrificar la gobernabilidad, sino para mejorarla sin merma del pluralismo político.  A los obsesionados por la reforma electoral como pócima para resolver todos los males, desde la érronea creencia que tienen su exclusivo origen en el olipologio partidista que padecemos, habría que recordarles que la calidad de una democracia depende también de otros muchos factores, desde la efectiva separación de los poderes públicos hasta la corrupción, y que el purismo representativo no representa un instrumento precisamente eficaz para salvaguardarla.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

Europa, Soria y los lemmings

El pasado domingo, y en un marco incomparable, es decir, en el seno de la Confederación Canaria de Empresarios, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, confirmó que el Gobierno central llevaría en breve al Tribunal Constitucional la ley de reforma y renovación turística de Canarias. Según Soria se habría intentado superar las diferencias de criterio existentes entre unos y otras en la Comisión Bilateral Canarias-Estado, pero fue imposible llegar a un acuerdo satisfactorio. Sinceramente el Gobierno de Mariano Rajoy tiene un buen montón de argumentos técnico-jurídicos para conseguir la derogación de la normativa legal aprobada por el Parlamento de Canarias, y no únicamente por el diligente talento remendón de muchos de los magistrados del Tribunal Constitucional, que lucen en sus glúteos gaviotas tatuadas, sino por la legislación europea aprobada en los últimos años. Es un buen ejemplo para apreciar la importancia de votar en las elecciones al Parlamento de la UE que, en este país, siguen siendo, para los grandes partidos tradicionales y los nuevos experimentos organizativos, una ocasión para rascar legitimidad, erosionar al Gobierno o impulsar un flamante proyecto político. En los últimos quince años tratados y directivas coinciden, demasiado a menudo, en un único objetivo: limitar, desarmar, eliminar la intervención pública en la dinámica económica local y regional. El  Tratado de Lisboa consagra la pía desregularización de servicios y las bienaventuranzas de la libre competencia. Vaya usted a saber sin en otros espacios nacionales ese capitalismo idílico, higiénicamente competitivo y equitativamente desregulado existe; en España, y obviamente en Canarias, no.

Seis años de dura y martirizante crisis no han servido, francamente, para gran cosa. Lo fundamental es que se puedan construir hoteles de cuatro estrellas. Y de tres. Y pensiones dotadas con jofaina y bacinilla si fuera menester. Construyamos y el desempleo se volatizará ante nuestros ojos como un fantasma indeseable. En Tenerife y Fuerteventura, entre principios de los noventa y comienzos del nuevo siglo, se construyeron una veintena de hoteles de cinco estrellas o gran lujo. Ambas islas registran, desde hace años, los mayores índices de desempleo en el Archipiélago, y en ninguna de ellas, como en el resto de Canarias, el paro ha descendido del 9,5% en los últimos treinta años. Pero resulta irrelevante. Reemprenderemos la carrera como lemmings furiosos arrastrando carretillas de cemento y bloques hasta caer por el próximo acantiladoy ver todas las estrellas juntas.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

Ahogados como perros

Un momento, un momento. Allá enfrente, a unos cuarenta o cincuentra metros, varias docenas de personas se agitan en el mar, algunos manoteando desesperadamente, otros agarrados a un pedazo deshilachado de salvavidas, gente exhausta, que intenta aproximarse a la costa porque se están ahogando, pero lo que hace un destacamento de la Guardia Civil es disparar pelotas de goma y cartuchos de fogueo para trazar sobre las olas una línea que dibujara, a base de salpicaduras, la frontera española. La Benemérira practicando poesía visual. Así que estas personas están ahí, agonizando de miedo, ahogándose, implorando socorro, y la Guardia Civil lo que hace es disparar pelotitas de goma, con mucho cuidado, por supuesto, para no causarles daño a los inmigrantes antes de que murieran ahogados como perros.
Ahogados como perros.
El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, se ha indignado mucho y ha anunciado que denunciará cara al sol y con la camisa nueva a quien quiera que intente mancillar el honor del instituto armado. Apúnteme usted si quiere en su larga lista, Fernández de Mesa, porque el simple informe de los hechos ofrecido por el ministro del Interior – contradiciendo sus propias mentiras — es el retrato estremecedor de una miserable villanía. Hace horas debió dimitir el señor Fernández de Mesa, acompañando a ese santo varón, el ministro del Interior, cuyas advocaciones a Santa Teresa son cada vez más obvias: por la coherencia de su discurso  cada vez está más claro que  se refiere al ron y no a la escritora. El primer paso sería que ambos abandonaran sus cargos, pero después deberían ser procesados judicialmente. El ministro y su director general sí han traspasado una frontera: la que separa el cumplimiento de la legislación vigente de una canallada que exige ahora no únicamente la impunidad, sino el aplauso, con una retórica chulesca y parapeteada en los heroicos sobacos del Duque de Ahumada. Catorce cadáveres se han recogido (hasta ahora) junto al espigón de Ceuta.
Ahogados como perros.
Ahí plantados en acto de servicio por Dios y por España, disparando sus fusiles sin ánimo de ofender, herir o molestar, porque eran descargas meramente informativas, una pequeña y ruidosa lección de geografía al amanecer, mientras los alumnos se hundían en el mar para no ver nunca más la luz del sol. Todos sabemos (y ellos también) el nombre que merecen los hombres que, impávidos, dejan morir a otros hombres mientras gritan auxilio, imploran piedad,  suplican compasión. Al final todo se queda en silencio y solo se escucha el implacable rumor del mar grisáceo. Misión cumplida.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

Una mujer incómoda

Una ironía de pésimo gusto casi hace coincidir la admisión a trámite de proyecto de ley sobre el aborto presentado por Alberto Ruiz- Galladón en las Cortes con el aniversario del nacimiento de Calra Campoamor, una figura relativamente olvidada de la política en la II República y referente inexcusable en la lucha por la igualdad de derechos entre los sexos en España. Si Campoamor no ha recibido sino muy tardíamente reconocimiento y homenaje es porque se trata de una figura incómoda. Su lúcida energía, su feroz independencia, su incapacidad para gestionar la estupidez ajena no le han sido del todo perdonadas. Por arriesgados que sean estos ejercicios de la imaginación, no me cabe duda sobre cuál hubiera sido su postura en el debate político de anteayer en el Congreso de los Diputados, donde durante unos pocos años brilló desde un escaño: en contra de una mamarrachesca normativa legal que entiende a la mujer como sometida a una minusvalía volitiva desde un ideología patriarcal y prohibicionista.
Ruiz-Gallardón tuvo el descaro de recordar, precisamente, el debate sobre el derecho al voto de la mujer en las Cortes de 1931, y mintió alevosamente al afirmar que la izquierda socialista votó en contra, cuando lo cierto es que la mayoría de los votos positivos (83 de 121) procedían del PSOE, aunque un sector de los socialistas – los prietistas – votaron en contra. Derivar de esto una acusación al supuesto conservadurismo de la izquierda española, mientras se pretende aprobar un proyecto legislativo que significa un retroceso de treinta años en la autonomía ciudadana de las mujeres es de un cinismo repugnante por parte del señor ministro y del PP, un partido que, por cierto, hace pocos años se abstuvo a la hora de honrar a Campoamor con un busto en los pasillos de la Cámara Baja.
Campoamor seguirá siendo incómoda mucho tiempo. A una parte de la izquierda (comunistas y anarquistas) les dejó en evidencia en las Cortes Constituyentes de 1931 y en el exilio publicó un libro indispensable, La revolución española vista por una republicana, donde denunció serena y límpidamente, desde sus convicciones democráticas, laicas y reformistas, la alegre carnicería en ambos bandos. No solo entre los sublevados, sino también entre los que despreciaban la democracia representativa, tan lenta, tan poco satisfactoria, tan no nos representan, y se lanzaron a un sangriento festín revolucionario con los espléndidos resultados conocidos.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

Mariscada

La ministra Fátima Báñez suspendió una mariscada en un restaurante postinudo de Las Palmas antes de llegar a la isla . Es una señal de debilidad. Con poner a una docena de antidisturbios en la puerta no hubiera pasado nada. Como si no hubiera cosas que celebrar por todo lo alto. Por ejemplo, que en Canarias han aumentado en 10.000 los afiliados a la Seguridad Social según fuentes del propio Ministerio de Trabajo. Obviamente estos 10.000 nuevos afiliados lo son por obra y gracia del Gobierno de Mariano Rajoy, mientras los 280.000 desempleados que padece el Archipiélago solo tienen un nombre escrito en la frente con amarga ceniza, que es el de Paulino Rivero y su camarilla de nacionalistas, socialistas, masones y demás ralea. O si se prefiere, cuando el desempleo aumenta, la responsabilidad es del Gobierno autonómico, y cuando disminuye, del Gobierno central, como señalan repetidamente espíritu ecuánimes y constructivos como  Asier Antona o María Australia Navarro, cuyos empleos, precisamente, consisten en considerar como memos recalcitrantes a los ciudadanos que representan.
Es Rajoy quien está rescatando del gulap de CC y PSOE a los parados isleños gracias a reventarlos a impuestos, a precarizar las condiciones laborales, a los contratos basurientos, a estrangular tributariamente a las pequeñas empresas y a los autónomos, a suspender de facto la inversión pública en las islas y, cuando resulta imprescindible un apoyo suplementario, a subir los costes de la energía o cortar abruptamente las subvenciones a las renovables, cortesías todas de José Manuel Soria, para servir a Dios, a Rajoy y a Brufau, aunque no necesariamente por ese orden. Quien quiera verlo que se acerque a las oficinas del Servicio Canario de Empleo, donde los más valientes se aproximan, venciendo todo tipo de coacciones y amenazas del Ejecutivo regional, para conseguir un puesto de trabajo. Cuando por fin acaba la cola y se sienta frente al ordenador del funcionario, el desempleado no deja de lanzar miradas nerviosas a la puerta, porque espera que en cualquier momento aparezca Rivero o – lo que es peor – Francisca Luengo y lo saque de nuevo a la fría intemperie – este Gobierno de perdedores incluso ha empeorado el clima de nuestro jardín de bellezas sin par – cogido por las orejas. De manera que la próxima vez, señora ministra, no se corte, prescinda de su humildad natural y encargue la mariscada. Hasta las langostas y los centollos sabrán – como los parados con la reforma laboral — que es por su bien.

Publicado el por Alfonso González Jerez en General ¿Qué opinas?