Un escupitajo

¿Dónde se ha metido José Manuel Soria? ¿Se ha encerrado en un sótano con una cinta corredora y una lata de salmón en escabeche hasta que comience la campaña electoral? ¿Será posible que nadie, absolutamente nadie del anterior y el actual Gobierno autonómico –cuesta distinguirlos – asuma la responsabilidad del presupuestazo, es decir, del abrupto cierre de los presupuestos generales del 2010 el pasado día 25 por el “ligero riesgo de incumplimiento” del compromiso sobre el déficit? ¿Pero no habíamos quedado, genios, que son ustedes unos genios, que Canarias era la comunidad autónoma más disciplinada fiscalmente, como decía y repetía y enfatizaba el mismísimo Soria, ese portento de la gestión pública, ese pedazo de Hayek que tuvo la mala suerte de nacer y crecer ultraperiférico y ceceante?
¿Y servirá para algo el brete en el que el Ejecutivo ha colocado a empresas de limpieza y seguridad, a pequeños y medianos proveedores, a compañías constructoras y a trabajadores autónomos – miles de puestos de trabajo en peligro inminente – o los 250 millones de euros presuntamente ahorrados se deslizarán hasta el próximo ejercicio presupuestario en una operación de magia potagia financiera? Aquí si puede hablarse de una desvergonzada conspiración de silencios entrelazados. Por supuesto los coalicioneros – con Paulino Rivero al frente – no están para dar explicaciones, ni tampoco lo hará el PP, ni es esperable que lo haga el PSOE. Al contrario: en una sorprendente pirueta, los socialistas canarios han felicitado al Ejecutivo regional por su muy madrugadora liquidación presupuestaria. Porque ese mecanismo extraordinario de ahorro y contención del gasto fue lo que le indicó Elena Salgado, la ministra de Economía, al perplejo y caricontecido consejero Jorge Rodríguez. Es asombroso que los socialistas se hayan corresponsabilizado hasta este punto de una política económica y presupuestaria no solo indiferente hasta anteayer a la crisis económica y a las previsiones racionales de ingresos y gastos a las que obligaba la recesión, sino inequívocamente errada para actuar, en los estrechos márgenes en que puede hacerlo el Gobierno canario, contra la destrucción del tejido empresarial, el desempleo galopante y la pauperización acelerada de las clases medias.
Tal y como ha expuesto el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, la situación económica y social del Archipiélago demuestra sobradamente hoy que la planificación presupuestaria de los últimos tres años ha sido desafortunada. Un servidor diría más: salvo en las políticas activas de empleo, el Gobierno ha prescindido del instrumento presupuestario para encarar estratégicamente la crisis y los escenarios hipotéticos de la misma. Y todavía hay que aguantar que se nos diga que, con un crecimiento estimado del PIB del 0,4% en 2011, se crearán ahorita mismo 30.000 puestos de trabajo: una burla insultante para empresarios y trabajadores isleños. Una falsedad empapada en cinismo. Un escupitajo triunfal en el rostro de todos.

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Revelaciones

La mayor filtración de documentos secretos del Gobierno de Estados Unidos (250.000 cables, informes y grabaciones facilitados por la página digital Wikileaks) abre un cofre de sorpresas realmente insospechadas, estruendosas, formidables. Un ejemplo para abrir boca o bocaza: las autoridades estadounidenses sospechan que Vladimir Putin es un político de corte autoritario. Increíble. ¿Quién hubiera podido imaginarlo? Esta incisiva apreciación será recibida con incredulidad en Chechenia y entre los amigos de Anna Politkóvskaya. Es más, los norteamericanos cuentan con los suficientes indicios como para colegir que quien manda en la Federación Rusa es Putin y no Dimitri Medvédev. En cuanto Medvédev se entere se va a cabrear y exigirá a su primer ministro que le devuelva su oso de peluche y su botella de vodka. ¿Y Silvia Berlusconi? Es difícil de creer, por supuesto, pero Berlusconi, según los servicios diplomáticos de Estados Unidos, organiza fiestas salvajes con pibitas muy jóvenes, jakuzis, guardaespaldas, tortilla de viagra, bebidas espirituosas y sustancias alucinógenas. Jamás se había oído nada igual. Se deshace ante nuestros ojos la imagen de estadista excepcional, del probo empresario multimillonario, del dechado de caballerosidad y discreción, del defensor de la legalidad republicana respetuoso con las instituciones democráticas y, muy particularmente, con la judicatura, para ser sustituida por una teratológica combinación entre Domingo González Arroyo y el vocalista de cualquier orquesta gomera. Respecto a Nicolás Sarkozy, poca cosa, en realidad. Les cae mal. Convengamos que se trata de una insignificancia. A todo el mundo le cae mal Sarkozy, incluyendo a la mayoría de los franceses.
La mayor conmoción llega, sin embargo, fuera de Europa. Al parecer los norteamericanos están intentando bloquear a Irán, aunque todos suponíamos que entre Hillary Clinton y Mahmoud Ahmadineyad había fraguado una historia de amor otoñal pero apasionado que quebrantaría todas las suspicacias de viejos y superados tiempos. Pues no. Washington no se fía de Irán, aunque este aserto, tan brutal y descarnado, cause conmoción y escándalo entre los ciudadanos de medio mundo. Y lo mismo ocurre con Hugo Chávez. ¿Sabían ustedes que a las autoridades estadounidenses no les gusta nada Hugo Chávez? Yo mismo no me lo termino de creer. Es como si me dijeran que entre los 250.000 documentos encuentran una orden de asesinado, secuestro o tortura. Anda ya.

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Contradanza

Curiosa contradanza la que tenemos que bailar, con la máscara de la serenidad presionando los rostros deformes por el miedo, entre decenas de parejas llamadas comunidades autónomas y estados. Para alejarnos del abismo – el incumplimiento del déficit, penado con toda suerte de horrores y con la quiebra del Estado al fondo – tenemos que acercarnos al abismo – la asfixia del Estado, el estrangulamiento fatal de los servicios educativos, sanitarios y asistenciales públicos, la pauperización de la sociedad y el aumento de las desigualdades –. Para sobrevivir debemos masacrarnos. Para recuperar la salud optar por una anemia sistemática. Y sin garantías plenas de conseguirlo, por supuesto.
–Debe usted atravesar el Atlántico con argollas en los pies.
–Pero me voy a ahogar.
–Es posible. Pero repare en que le estoy concediendo una oportunidad, la única oportunidad realmente, para llegar a la otra orilla, donde volverán a brotar la leche y la miel.
–¿Seguro?
–No hay nada seguro en este mundo globalizado y lleno de oportunidades. ¿No ha visto la bolsa hoy?
Cerrar la liquidación del presupuesto autonómico de 2010 a finales de noviembre – con el objetivo de ahorrarse 250 millones de euros a cargo de pymes y autónomos que tienen en el Gobierno a su cliente preferencial– es una señal inequívoca de la extraordinaria gravedad de la situación económica que estamos viviendo. Yo solo pediría que María del Mar Julios dejara de anunciar impúdicamente la creación de 30.000 puestos de trabajo antes de mayo o que el propio Jorge Rodríguez – persona bastante más seria y mejor peinada – no nos profetice, por favor, que la crisis económica del Archipiélago comenzará a superarse en el año 2011. Lo primero es simplemente un rebuzno cínico y lo segundo una expresión retórica de buena voluntad más asociable a las supersticiones religiosas que a la realidad objetiva. En las próximas semanas o meses Rodríguez Zapatero se verá abocado a ejecutar nuevos recortes de los fondos públicos y otras medidas de hospiciana austeridad. En el primer semestre del año próximo España deberá refinanciar deuda por valor de más de 60.000 millones de euros si pretende evitar la bancarrota, sin contar con los costes públicos y privados de una muy posible intervención de la UE en Portugal. Creo que ya podemos decirlo sin ser demasiado truculentos: la danza continuará en el fondo del abismo y bailaremos sobre nosotros mismos al ritmo del chachachá de los deudores.

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Prudencia

Me han asombrado (lo reconozco) algunos de los comentarios en los foros de Diario de Avisos y de varias bitácoras que he visitado sobre los problemas de orden público en las noches carnavaleras del tranvía entre Santa Cruz y La Laguna. En estos comentarios se lamenta lo que ocurre, pero se victimiza a los gamberros descerebrados que empujan a la gente, se mean en las cabinas, se abalanzan sobre las vías o manipulan los tiradores para vacilar entrando y saliendo del vehículo. Pobres pibes. Si solo son desgraciados subproductos del fracaso escolar, la dualización social o la torpeza pedagógica de sus padres. Más asombrosamente todavía, con cierta frecuencia se asocia a estas desgracias, que convierten a nuestra sana juventud en hordas alcoholizadas, babeantes y violentas, el maligno papel de las administraciones públicas y de la demoníaca clase política. Un lector, en lo que seguro que se le antoja un ejercicio de ecuanimidad ejemplar, llega a escribir que esos comportamientos no son tolerables “no porque le estropeen el juguetito a Ricardo Melchior, sino porque nos fastidian a todos”.
El metro ligero entre Santa Cruz y La Laguna no es un juguetito de Ricardo Melchior, sino una infraestructura de transporte público, cuyo éxito – eso sí resulta evidente –sanciona la inteligente y oportuna decisión que un día tomó el presidente del Cabildo de Tenerife. Y parece que es necesario subrayar una obviedad de semejante calibre para centrar mínimamente el debate. Los problemas educativos y sociales bien están, es decir, están mal, pero el tranvía no debe detenerse mientras comenzamos a corregirlos a ritmo generacional, y menos aun, mientras hacemos ente todos sociología recreativa en Internet y nos hacemos cruces por la transformación licantrópica de la gente en gentuza. Es casi milagroso que no haya ocurrido una desgracia irreparable en los últimos años.
Y la única solución satisfactoria pasa por el aumento de la seguridad en las estaciones y en el interior de los vehículos a cargo de los cuerpos públicos de policía, y no exclusivamente de los servicios de vigilancia privada. La sorprendente reacción de la delegada del Gobierno, Carolina Déniz, no es de recibo: el Cabildo de Tenerife no está abandonando su responsabilidad, sino recabándola a quien corresponde legal y funcionalmente en materia de orden público. Si queremos tranvía en Carnavales es imprescindible diseñar y ejecutar un operativo específico, en las noches de máximo riesgo, con la participación de la Policía Nacional y las policías locales de Santa Cruz y La Laguna. No es nada excepcional. Es lo que se hace en cualquier país civilizado.

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Prudencia

Recuerdo vagamente al señor Celso Betancourt en el Parlamento de Canarias. El señor Betancourt, alto, moreno y de pelo entrecano, mostraba una pétrea seriedad, una invariable gravedad circunspecta, un empaque silencio que siempre estaba a punto de parecer cómico.De talante correcto y hasta cortés, generalmente no hablaba con la prensa, porque de la canallesca se ocupaba, más diligente y seductoramente, su compañera María Isabel Déniz. El señor Betencourt parecía el probo empleado de unas pompas fúnebres que lamentaban sinceramente tenerte como cliente o uno de esos propietarios de comercio -una camisería, por ejemplo- permanente y serenamente de pie junto al género, esperando que entre alguien, y pasan las horas y nadie entra, pero él sigue ahí, sin temer ni al aburrimiento ni a las varices.
Este aspecto intachablemente insignificante ocultaba, sin embargo, una de las más largas y exitosas carreras políticas en Lanzarote. En Lanzarote tener una larga carrera política ha devenido algo profundamente sospechoso, y quizás por eso el señor Betancourt enjalbelgó con tanto esmero esa fachada anónima y silenciosa. Comenzó como mano izquierda del socialista José María Espino en el Ayuntamiento de Arrecife y alcanzó su apogeo como mano derecha de Dimas Martín en el Cabildo de Lanzarote. En su etapa en el PSOE se llegó incluso a aventurar que podría sustituir a Espino en la Alcaldía y en sus años dorados en el PIL alcanzó la presidencia de la organización mientras el Jefe comenzaba su largo master sobre el mobiliario de los juzgados y la habitabilidad de los centros penitenciarios. En una entrevista, a mediados de los años noventa, suspiraba esperando el regreso de Martín a la libertad «porque el PIL sin Dimas es poca cosa». Después de obtener acta de diputado en 2003, se cansó de esperar y con la señora Déniz abandonó el PIL y fundó algo así como Alianza por Lanzarote, sin renunciar, por supuesto, al escaño. No se comieron un colín.
El presidente Paulino Rivero ha declarado que el caso Unión «quedará en nada». Ciertamente, en otro tiempo, el presidente Rivero confió mucho en Betancourt, Déniz y sus cuates para configurar un grupo afín a CC en Lanzarote. Una de las reclamaciones de Nicolás Maquiavelo a los príncipes era practicar la prudencia. «El que no detecta los males cuando nacen», escribió Maquiavelo, «no es verdaderamente prudente». Yo siempre he pensado que el presidente Paulino Rivero no es tan maquiavélico como dicen.

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